domingo, 20 de febrero de 2011

PRÄCTICAS DE LA VOLUNTAD

La voluntad es la facultad de querer:" el acto en potencia o la potencia en acto", dice André Comte-Sponville, en su Diccionario Filosófico. Pero no hay que confundirla con el deseo. En la base del deseo existe una potencia, una energía que es la de la Vida. Por cierto ,en la voluntad de hacer algo existe un deseo, cuya satisfacción es un objetivo a alcanzar. Sin embargo la voluntad es más que el simple deseo, es un deseo que hago mío, es un deseo con el cual me identifico y quiero realizarlo, ya que se ha convertido en una extensión de mí mismo. La marca del yo como poder de apropiación está inscripto en el acto voluntario. El deseo busca la potencia de la afirmación de la vida, pero la voluntad hace de esta potencia un acto dirigido, ordenado, controlado, conforme a fines fijados de antemano.
A menudo ,la tradición occidental ha identificado el esfuerzo con la voluntad. Creemos que tener voluntad es "hacer con esfuerzo". Y la vemos , entonces, como una lucha contra la resistencia del cuerpo. Pero es una visión superficial. Un rey que debe firmar su abdicación no debe hacer mucho esfuerzo. Sin embargo, para la voluntad es muy duro aceptar la idea misma de la abdicación. Cuando la motivación de la voluntad es grande, somos capaces de desplegar una gran energía y no tener conciencia del esfuerzo hecho. De todos modos, no se ha visto nunca que el esfuerzo por el esfuerzo mismo formara verdaderamente a la voluntad, ya que esta no es física, sino espiritual en su esencia.
El psicoterapeuta y filósofo italiano Piero Ferruci, autor del libro "Psicosíntesis"(Editorial Sirio), dice que "a pesar de muchos obstáculos, el descubrimiento de la voluntad es una experiencia elemental" Si queremos facilitar este proceso, podemos empezar por la forma más sencilla de todas: descubrir o reforzar nuestra voluntad haciendo uso de ella. Aquí hay algunas fórmulas - se pueden inventar muchas más- para activarla en diversas situaciones de la vida diaria:
*Haga algo que no haga hecho nunca.
*Tenga una actuación de valor.
*Trace un plan y sígalo.
*Quédese haciendo algo cinco minutos más aunque esté cansado.
*Haga algo con mucha lentitud.
*Diga "no" cuando tenga que decir "no" aunque sea más fácil decir "sí".
*Haga lo que crea que es más importante.
*Actúe de manera contraria a lo esperado.
*Cuando se le presente una elección intrascendente, decida sin vacilar.
*Actúe sin pensar en lo que los demás pueden pensar o decir.
*Conténgase de decir algo que tenga ganas de decir.
*Deje para más tarde algo que desee hacer ahora.
*Haga en este momento algo que preferiría dejar para después.
*Elimine de su vida cual quier cosa superflua.
*Rompa un hábito.
*Haga algo por lo que se sienta inseguro.
*Haga algo poniendo en ello toda su atención, como si fuese la última vez.
Cualquier acción se puede convertir en un ejercicio de la voluntad, siempre que no se haga por costumbre o se considere una obligación. Una vez descubierta nuestra voluntad, podemos seguir realizando más actos, lo que nos permite seguir desarrollándola.

JOSE A. MARINA, escritor y filósofo español, extraído de:
"El misterio de la voluntad perdida"(1998)

No hay comentarios:

Publicar un comentario